¿Qué es la Equinoterápia?

Es un método terapéutico y educacional en el que utilizamos al caballo como instrumento mediador dentro de un abordaje multidisciplinar en las áreas de salud, educación y equitación. Su objetivo es rehabilitar, integrar y desarrollar en al ámbito psíquico, físico y social a las personas con discapacidad y/o con necesidades especiales así como aumentar su calidad de vida.

 
La base del tratamiento es la transmisión del movimiento del caballo hacia el paciente. El movimiento del caballo es multidimensional. Estimula los músculos y articulaciones. El vaivén hacia arriba, abajo, adelante, atrás, hacia los lados y rotante es un movimiento único en el mundo animal y semejante al del ser humano. Esta actividad exige la participación del cuerpo entero, contribuyendo, de este modo, para el desarrollo de la fuerza muscular, relajación, la toma de consciencia del propio cuerpo y el perfeccionamiento de la coordinación motora y del equilibrio.



¿Cómo trabajamos?

Seguimos los siguientes principios terapéuticos:

a) La transmisión del calor corporal del caballo al paciente (jinete):

El paciente al estar en contacto directo con el caballo el calor del mismo (entre 38º y 38,8º) es transmitido al paciente, así los músculos y ligamentos se relajan y los abductores se distienden.


Se pueden lograr muchos beneficios realizando diferentes ejercicios, como pueden ser:
- Doblarse hacía delante: Con este ejercicio conseguimos una gran relajación y estimular los miembros superiores y los músculos abdominales y pectorales.


- Echarse hacía atrás: Con este ejercicio se estimulan los músculos dorsales y lumbodorsales.


- Cruzado sobre el caballo: El calor va directamente a los músculos abdominales y se estimula el peristaltismo de los intestinos.



Además todos estos ejercicios favorecen el apego al caballo un objetivo muy importante dentro del tratamiento.

b) La transmisión de los impulsos rítmicos del dorso del caballo al paciente (jinete):

El movimiento del caballo transmite impulsos rítmicos directamente al cinturón pélvico a la columna vertebral y a los miembros inferiores del paciente.

En el aire de paso el caballo transmite de entre 90 a 110 impulsos cada minuto siendo similar al de los seres humanos al caminar. Estos impulsos los provoca la contracción y la distensión regular de los músculos lumbares y ventrales del caballo y estos movimientos son los que hacen que el paciente se adapte a un movimiento oscilante y provocan el mantenimiento del equilibrio y el enderezamiento del tronco.

La respuesta del paciente será la de coordinar el tronco con la cabeza, lo que va a favorece la coordinación psicomotriz de ambas partes del cuerpo sin la necesidad de usar las piernas, así se irá consiguiendo una estabilización de estas partes, que será la base para comenzar la marcha independiente. El mantener la columna recta hace que se fortalezcan los músculos dorsales y abdominales. Estos impulsos también se reciben en las piernas del jinete y provocan una relajación de los aductores y los ligamentos pélvicos.

Otro de los efectos que tiene es que estimula el movimiento intestinal debido al movimiento pélvico del jinete, arreglando poco a poco irregularidades que pudieran existir en el proceso digestivo. Por otro lado, el mantener el tronco recto hace que el diafragma se libere, por lo que la respiración pasa a ser más profunda y más regulada, así la equinoterapia también puede ser una ayuda para las disfunciones respiratorias.

c) Movimientos multidimensionales del caballo semejantes al del ser humano:

El movimiento tridimensional del caballo proporciona al paciente ciertos movimientos en el que se moverá en diferentes planos:

el plano sagital (adelante- atrás), Plano Frontal (arriba- abajo), Horizontal o transversal; y movimientos de rotación. Estos movimientos son de gran importancia en disfunciones neuromotoras. Ej.: parálisis cerebral.

Estas personas son incapaces de dominar la marcha porque no tienen estabilización ni coordinación de tronco y cabeza, pero justamente la estabilización se logra mediante la marcha. El beneficio en este caso es que puede ofrecer un patrón de marcha mientras el niño esta sentado, con lo que se potencia la estabilización y la coordinación, aunque no pueda caminar. En otros momentos puede que sea más conveniente trabajar al trote (en muy pocas ocasiones). Al trote, el caballo no mantiene los mismos impulsos, ni mantiene los mismos tiempos.

Bibliografía: Investigación Documental: REHABILITACIÓN ECUESTRE ENFOCADO AL TRASTORNO DE DÉFICIT ATENCIONAL CON HIPERACTIVIDAD.